Sectores en constante expansión, como las ciudades inteligentes, el IoT industrial (IIoT) y los proyectos de infraestructuras inteligentes, están acentuando progresivamente la demanda de tecnologías de radio móviles energéticamente eficientes, capaces de transmitir datos de forma rápida y segura.
En este contexto, NB-IoT (Internet de las cosas de banda estrecha) y LTE-M (Evolución a largo plazo para máquinas) emergen como tecnologías habilitadoras de conectividad para todo el panorama de Internet de las cosas, diseñadas para satisfacer las necesidades de las industrias interesadas en integrar LPWAN (Low Power Wide Area Networks) en sus dispositivos IoT para lograr una cobertura de largo alcance con una tasa de bits baja. Esta tecnología, gracias a su capacidad para prolongar significativamente la duración de la batería de los dispositivos e interconectar equipos remotos, se presenta como una solución adecuada para «proyectos inteligentes» a largo plazo orientados a la sostenibilidad.
Las diferencias: entre consumo y velocidad de transmisión
Las tecnologías NB-IoT y LTE-M están revolucionando el panorama de las comunicaciones para el Internet de las Cosas (IoT), ofreciendo soluciones específicas para diferentes necesidades de conectividad. Si bien estas soluciones comparten similitudes, también es importante comprender las diferencias entre ellas.
El protocolo NB-IoT, basado en el estándar LTE, permite un avance progresivo hacia la digitalización de las redes y la conexión fiable y rentable de un gran número de dispositivos. Gracias a su amplia cobertura y optimización del consumo de energía, NB-IoT es particularmente adecuado para aplicaciones con requisitos de velocidad de transmisión de datos limitados y latencia no crítica. Al mismo tiempo, LTE-M es la última generación de tecnologías móviles IoT o LPWA (Low-Power-Wide-Area), utiliza la red celular 4G y se caracteriza por una amplia cobertura, un rendimiento estable incluso en movilidad y una capacidad de mayor transmisión de datos que la IoT de banda estrecha. LTE-M, a pesar de tener potencialmente mayores costes y un mayor requerimiento energético que NB-IoT, destaca por su óptimo rendimiento en aplicaciones que requieren comunicaciones rápidas y transferencias de datos consistentes, como en contadores de electricidad industriales o en la monitorización en tiempo real de la electricidad.
Un “desafío” global
Entre las muchas características y funcionalidades que requieren las tecnologías inalámbricas, la disponibilidad de conectividad geográfica a escala global juega un papel fundamental. De hecho, según los últimos datos de la GSMA (Figura 1), existen un total de 162 redes LPWAN en el mundo. De ellos, 107 están dedicados a NB-IoT, mientras que los 55 restantes están orientados a LTE-M.
En regiones con cobertura LTE-M óptima, como América del Norte, las aplicaciones de IoT se benefician de un soporte completo, mientras que, en territorios con cobertura limitada, NB-IoT puede no cumplir plenamente con los requisitos de los casos de uso debido a sus restricciones.
Fig 1 “GSMA: The latest “Mobile IoT Deployment Map”
En Europa, varias aplicaciones de IoT siguen dependiendo de la red 2G, ya que la cobertura LTE-M sigue expandiéndose. LTE-M puede ayudar a estimular el crecimiento de la industria, ya que ofrece una combinación de conectividad confiable, de amplio alcance y de bajo costo para soluciones de IoT. Sus características hacen que esta tecnología sea ideal para el monitoreo de activos en tiempo real en grandes áreas sin cambios frecuentes de batería, y puede proporcionar conectividad confiable en entornos hostiles.
Onyax al paso de la evolución tecnológica
En este contexto, Onyax, gracias a constantes experimentos derivados de las demandas tecnológicas de vanguardia tanto del mercado italiano como del europeo, integró inmediatamente las tecnologías NB-IoT en sus dataloggers/adquisidores IoT, dotando a sus soluciones de control remoto de velocidad y eficiencia de comunicación. para luego probar e implementar la tecnología LTE-M en sus soluciones, abriéndose al mercado global y respondiendo a las crecientes necesidades de consumidores y empresas de servicios públicos, con un fuerte enfoque en la sostenibilidad y la digitalización. En sectores industriales relacionados con las redes de distribución como Agua y Oil & Gas, donde se requieren características particulares, Onyax está confirmando continua actualización y flexibilidad para adaptarse a los cambios del sector, cada vez más competitivo y en rápida evolución.
Proyecciones futuras
El futuro del mercado de módulos inalámbricos LTE-M y NB-IoT ofrece oportunidades y ventajas derivadas de la creciente adopción de dispositivos IoT, especialmente en sectores donde es fundamental garantizar una conectividad confiable y escalable. Las proyecciones prevén un aumento notable de las conexiones, que pasarán de 436 millones a finales de 2023 a 3,6 billones en 2032, lo que contribuirá significativamente a la evolución de un ecosistema de IoT conectado e inteligente. Gracias a sus características que responden a los rigurosos requisitos de comunicación de área amplia y bajo consumo de las aplicaciones IoT, LTE-M y NB-IoT emergen como soluciones válidas a las necesidades específicas de múltiples contextos operativos, allanando así el camino para un futuro caracterizado por una conectividad avanzada y aplicaciones inteligentes cada vez más extendidas.